miércoles, 30 de marzo de 2011
Thomas Jefferson y los bancos.
lunes, 28 de marzo de 2011
Trabajo semana del 7 al 14 de abril.
Tema a elegir:
- Grandes estafas financieras.
- El corralito en Argentina.
- La crisis en Portugal.
- Análisis de cómo las revoluciones en países árabes han afectado a la economía occidental.
PRIMERA PARTE: Trabajo escrito El trabajo será presentado a ordenador tamaño de letra 12 y deberá tener una extensión mínima de 10 páginas, además de la portada, índice y contraportada. Se valorará positivamente el uso de gráficas, fotografías, fuentes de información, tratar de adaptar el tema al temario dado en la asignatura, valoración personal... En dicha semana dispondréis de 3 días para utilizar equipos informáticos en el centro. Aprovechadlas también para la toma de decisiones de la simulación empresarial. La fecha de entrega límite es el viernes 15 de abril en la hora del recreo en el Departamento de Sociales. No se admitirán trabajos vía correo electrónico.
SEGUNDA PARTE: Exposición oral Los días 18, 19 y 20 de Abril tendrán lugar las exposiciones orales sobre el trabajo. La duración mínima de cada exposición será de 5 minutos. Se valorará positivamente el uso de nuevas tecnologías, la expresión oral, naturalidad, turnos de preguntas... Las horas que tengáis que permanecer en el aula podéis dedicarlas a preparar dicha exposición.
miércoles, 16 de marzo de 2011
Consejos para la simulación.
martes, 15 de marzo de 2011
¿Móvil o guerra?
martes, 8 de marzo de 2011
Todo sigue igual...
domingo, 6 de marzo de 2011
Y ahora... estanflación.
El mayor temor de los miles de hipotecados en España (y en Europa), la subida del euribor, está muy cerca de hacerse realidad. De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) ya ha anunciado una subida en el mes de abril. Desde que comenzó la crisis, los tipos de interés en la eurozona se han mantenido en tasas bastante bajas para favorecer el consumo y dinamizar la economía. Me explico: un bajo interés hace que no merezca la pena ahorrar, ya que apenas nos recompensarán por ello. La alternativa al ahorro es tener el dinero en el bolsillo, o lo que es lo mismo, mayor probabilidad de consumir. Podríamos decir que desde el inicio de la crisis las personas con hipotecas tenían un motivo de alegría al ver cómo sus cuotas se mantenían en niveles relativamente bajos (algo es algo…).
De todas formas, las altas tasas de desempleo han sido más fuertes que los incentivos al consumo, es decir, que como la gente no tenía trabajo no iba a consumir más por mucho que el BCE lo intentase a través de bajos tipos de interés. Y si se consume poco los precios no suben, o lo que es lo mismo, la inflación ha estado niveles muy bajos (hasta negativos en ciertos momentos) en los últimos años.
Pero en los últimos meses algo ha empezado a cambiar. Por diversos factores (los incendios en Rusia durante el pasado verano redujeron a la mitad la cantidad de trigo; las inundaciones o las sequías en ciertos lugares del mundo han repercutido negativamente en la cosechas; la revolución del mundo árabe ha disparado el precio del petróleo…) los precios de materias primas alimenticias y energéticas han iniciado una escalada vertiginosa, tirando para arriba las tasas de inflación. Además, a todo esto hay que sumarle que países como China e India están creciendo a gran velocidad (en torno al 10%), lo que supone que tanto chinos como indios tienen mayores rentas y por lo tanto, están demandando más productos, por lo que están contribuyendo a un aumento de los precios. Todo esto ha encendido las alarmas en el BCE, cuyo principal objetivo es controlar la inflación. Así pues, se ha puesto manos a la obra. ¿Y cómo combatir a este nuevo enemigo? Pues haciendo lo contrario a lo que se hizo hace un par de años: subir los tipos de interés. Si el BCE sube el euribor, es más interesante ahorrar (que consumir). La gente guardará su dinero en el banco a cambio de una suculenta recompensa (más interés supone más dinero en el futuro) y con ello tendrá menos dinero en el bolsillo, con lo que se consumirá menos. Es decir, preferiremos sacrificar el consumo actual por el consumo futuro. Si se consume menos hoy los precios no subirán tanto y la inflación estará bajo control: ¡objetivo cumplido!
Para un ciudadano francés o alemán, que ve cómo en su país se está saliendo de la crisis y el desempleo está bajando, el coste de pagar más por su hipoteca puede ser perfectamente asumible (y eso sin hablar de que el porcentaje de ciudadanos franceses o alemanes con hipotecas es mucho menor que el de españoles hipotecados, ya que allí es más común vivir en pisos alquilados). Pero, ¿qué ocurre en España? Aquí el paro todavía es altísimo y sigue subiendo, y además ahora hay que añadir el encarecimiento de las hipotecas, que ahogarán más a gente que, probablemente ni siquiera tiene trabajo. Es decir, que la situación más temible de todas es ya un hecho: la estanflación (desempleo e inflación). Es decir, esta medida todavía ennegrece más el futuro de la economía española. ¿Cómo vamos a agilizar el consumo y la producción si ni siquiera podemos pagar nuestras facturas de la luz, nuestra hipoteca, llenar el depósito del coche o la nevera?
El BCE ha querido controlar la inflación pero parece que sólo ha mirado por aquellos países que ya se encuentran creciendo, y se ha olvidado de lo países de la periferia europea. También parece que no se ha dado cuenta de cuál es el motivo por el que la inflación ha vuelto. En esta ocasión la inflación no viene por un exceso de consumo, sino que viene de fuera. Está aplicando medidas contra la inflación de demanda (aquella que se produce cuando los precios suben inducidos por un aumento de la demanda), cuando lo que ocurre realmente hoy es una inflación de oferta (suben los precios porque se encarecen los factores productivos), y encima, de oferta de bienes que vienen de fuera de Europa. A corto plazo, esta medida del BCE de subir la inflación, sólo puede producir en nuestro país una menor renta disponible para miles de ciudadanos con hipotecas, lo que generará menor consumo que obligará a las empresas a producir menos y, por lo tanto, a contratar a menos trabajadores. Es decir una espiral de la que, por esta vía, parece difícil salir.