domingo, 6 de marzo de 2011

Y ahora... estanflación.

El mayor temor de los miles de hipotecados en España (y en Europa), la subida del euribor, está muy cerca de hacerse realidad. De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) ya ha anunciado una subida en el mes de abril. Desde que comenzó la crisis, los tipos de interés en la eurozona se han mantenido en tasas bastante bajas para favorecer el consumo y dinamizar la economía. Me explico: un bajo interés hace que no merezca la pena ahorrar, ya que apenas nos recompensarán por ello. La alternativa al ahorro es tener el dinero en el bolsillo, o lo que es lo mismo, mayor probabilidad de consumir. Podríamos decir que desde el inicio de la crisis las personas con hipotecas tenían un motivo de alegría al ver cómo sus cuotas se mantenían en niveles relativamente bajos (algo es algo…).

De todas formas, las altas tasas de desempleo han sido más fuertes que los incentivos al consumo, es decir, que como la gente no tenía trabajo no iba a consumir más por mucho que el BCE lo intentase a través de bajos tipos de interés. Y si se consume poco los precios no suben, o lo que es lo mismo, la inflación ha estado niveles muy bajos (hasta negativos en ciertos momentos) en los últimos años.

Pero en los últimos meses algo ha empezado a cambiar. Por diversos factores (los incendios en Rusia durante el pasado verano redujeron a la mitad la cantidad de trigo; las inundaciones o las sequías en ciertos lugares del mundo han repercutido negativamente en la cosechas; la revolución del mundo árabe ha disparado el precio del petróleo…) los precios de materias primas alimenticias y energéticas han iniciado una escalada vertiginosa, tirando para arriba las tasas de inflación. Además, a todo esto hay que sumarle que países como China e India están creciendo a gran velocidad (en torno al 10%), lo que supone que tanto chinos como indios tienen mayores rentas y por lo tanto, están demandando más productos, por lo que están contribuyendo a un aumento de los precios. Todo esto ha encendido las alarmas en el BCE, cuyo principal objetivo es controlar la inflación. Así pues, se ha puesto manos a la obra. ¿Y cómo combatir a este nuevo enemigo? Pues haciendo lo contrario a lo que se hizo hace un par de años: subir los tipos de interés. Si el BCE sube el euribor, es más interesante ahorrar (que consumir). La gente guardará su dinero en el banco a cambio de una suculenta recompensa (más interés supone más dinero en el futuro) y con ello tendrá menos dinero en el bolsillo, con lo que se consumirá menos. Es decir, preferiremos sacrificar el consumo actual por el consumo futuro. Si se consume menos hoy los precios no subirán tanto y la inflación estará bajo control: ¡objetivo cumplido!

Para un ciudadano francés o alemán, que ve cómo en su país se está saliendo de la crisis y el desempleo está bajando, el coste de pagar más por su hipoteca puede ser perfectamente asumible (y eso sin hablar de que el porcentaje de ciudadanos franceses o alemanes con hipotecas es mucho menor que el de españoles hipotecados, ya que allí es más común vivir en pisos alquilados). Pero, ¿qué ocurre en España? Aquí el paro todavía es altísimo y sigue subiendo, y además ahora hay que añadir el encarecimiento de las hipotecas, que ahogarán más a gente que, probablemente ni siquiera tiene trabajo. Es decir, que la situación más temible de todas es ya un hecho: la estanflación (desempleo e inflación). Es decir, esta medida todavía ennegrece más el futuro de la economía española. ¿Cómo vamos a agilizar el consumo y la producción si ni siquiera podemos pagar nuestras facturas de la luz, nuestra hipoteca, llenar el depósito del coche o la nevera?

El BCE ha querido controlar la inflación pero parece que sólo ha mirado por aquellos países que ya se encuentran creciendo, y se ha olvidado de lo países de la periferia europea. También parece que no se ha dado cuenta de cuál es el motivo por el que la inflación ha vuelto. En esta ocasión la inflación no viene por un exceso de consumo, sino que viene de fuera. Está aplicando medidas contra la inflación de demanda (aquella que se produce cuando los precios suben inducidos por un aumento de la demanda), cuando lo que ocurre realmente hoy es una inflación de oferta (suben los precios porque se encarecen los factores productivos), y encima, de oferta de bienes que vienen de fuera de Europa. A corto plazo, esta medida del BCE de subir la inflación, sólo puede producir en nuestro país una menor renta disponible para miles de ciudadanos con hipotecas, lo que generará menor consumo que obligará a las empresas a producir menos y, por lo tanto, a contratar a menos trabajadores. Es decir una espiral de la que, por esta vía, parece difícil salir.

3 comentarios:

  1. España desde siempre, para todo, digamos que ha sido un caso particular. El retraso social, el individualismo, la poca cooperación por el bien común nos han sumido en crisis de lo más variopintas. Y ahora parece que su pertenencia al gran país de Europa, no le conviene mucho, ya que no se encuentra a la altura. Para solucionar este problema hay que buscar su causa última que, a mi me parece, es la educación. Mientras que en países como Reino Unido, Francia o Italia, hemos visto como la población se involucra en las cuestiones políticas y sociales, en España la población se involucra en la vida privada de Belén Esteban.
    El problema se está haciendo cada vez más complejo y sinuoso y una solución radical es ya necesaria...

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  2. http://www.meneame.net/story/y-ahora-estanflacion

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  3. Claramente se ve que el BCE se centra solamente en los países que están saliendo de la crisis, cuando realmente la mitad de los países de la Unión Europea están hundidos y el déficit es altísimo. El Gobierno Español ya no sabe ni por dónde salir de este problema y yo creo que intenta buscar soluciones hasta donde no las hay y complica las cosas cuando realmente esto se podría solucionar de una forma más sencilla y que no perjudique tanto a los españoles.

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