Recientemente, el Metro de Madrid justificaba la subida del precio de los billetes de transporte a través de la campaña titulada más por menos. En ella, la compañía establecía una comparativa entre los precios del billete sencillo de algunas importantes ciudades del mundo, como Nueva York (1,83 euros), París (1,70 euros) o Estocolmo (2,20 euros), y el de Madrid (1,50 euros).
No tardaron en verse pintadas sobre los carteles en las que, junto al nombre de cada una de las ciudades, aparecía el salario mínimo de cada país, tal y como se muestra en la imagen. Puede que no todos los ciudadanos sean economistas, pero no por ello hay que tratarles como si fuesen estúpidos.
Lo que quiero deciros con esta historia, es que en Economía casi todo es relativo. Los datos aislados no sirven de mucho y en la mayoría de las ocasiones hay que establecer relaciones con otras variables para poder entenderlos mejor.
Esta semana vamos a intentar comprender cómo funciona el mercado laboral y aparecerá una variable que hasta ahora no hemos utilizado: el salario real, que consiste en analizar, no sólo el importe monetario del salario que percibimos, sino el poder de compra que dicho salario nos otorga, para lo cual deberemos introducir en el análisis el nivel general de precios. Si mi salario sube un 2% y los precios un 5% tendré menor capacidad de compra, por lo que el dato del salario aislado no me da mucha información...
En mi opinión, esta es la forma de como tratar al cliente como si fuese estúpido. Ya no saben como "timar" a la gente, aunque de alguna forma tienen que vender su producto...
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