¿Los chinos no pagan impuestos?

Recientemente, discutíamos en clase sobre el papel de los inmigrantes chinos en la economía española. Se comentaron muchas cosas acerca de este tema, pero yo me quedé con una de ellas, a la cual he estado dando vueltas en los últimos días.

Todos (o al menos todos los que participasteis oralmente en la discusión) parecíais coincidir en que los chinos no pagan impuestos en los 5 ó 7 primeros años de permanencia en España, y no sólo eso, sino que además se dijo que éramos los españoles quienes financiábamos dicha exención. Lo que me llama la atención de todo esto es que todos tendemos a creernos lo primero que oímos, siempre y cuando coincida con lo que queremos oír. Dudo que ninguno de vosotros haya entrado en Internet a investigar acerca de la veracidad de esta leyenda urbana.

Yo he decidido acudir a la página web que más fiabilidad puede tener en materia de impuestos: la Agencia Tributaria, y he buscado cuánta verdad hay en todo esto (www.aeat.es, después pinchad en no resiedentes en la pestaña de portales y por último pinchad en normativa la casilla de convenios). Sinceramente, no he visto nada que indique que los chinos estén exentos de pagar impuestos. El Gobierno de España y el de la República Popular China tienen un convenio (vigente desde 1992) para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal en materia de impuestos sobre la renta y el patrimonio. Al igual que éste, nuestro gobierno tiene acuerdos con más de 60 países, siempre con el objetivo de regularizar y evitar problemas fiscales derivados de la inmigración. De hecho, en todo el documento que he leído, no hay ni una sola cláusula que perjudique a los españoles.

Estamos estudiando Economía, lo que significa que queremos comprender cómo funciona ésta. Para entender el funcionamiento de la economía de nuestro país hay que estar informados, tenemos que contrastar con datos fiables nuestras opiniones y no debemos dejarnos llevar por habladurías lanzadas por no-se-sabe-quién. La razón, la reflexión y la información son armas mucho más efectivas que la ignorancia, la impulsividad o el fanatismo.